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jueves, agosto 30

En mi reflejo... ayer...

...la niña de los ojos claros e infinitos, la que no podía sonreir por que alguien le enseñó que si lo hacía se le escapaba el alma en un suspiro...


...la soñadora por vocación, la que se escondía en silencio junto con los fantasmas bajo la cama, por que siempre le dijeron que era mejor tenerlos cerca para que así no asustaran tanto por las noches...

...la pequeña Pitufina, la de la mirada pícara y oyuelos en las mejillas, la que robaba chocolates del "carrito de los dulces" del abuelo y que igual se escondía en una vaporera en la alacena, o pasaba horas "cazando" ratones para después amarrarlos de la cola a las patas del viejo sofá y tirarse a ver cual se soltaba primero... la que nunca pudo enseñar a volar pollitos y acabó por desistir...

...la de los cuentos en canción y los sueños a lápiz y papel, la que se inventó y re-inventó 1000 y un veces, y de día fué princesa y guerrera, y ángel y demonio y tambien la bruja "mala" del cuento, y alguna tarde lloro por que aprendio que los años duelen y no pudo cerrarles la puerta...

...Lucía, la que una vez decidió que le gustaba más ser noche y juez y parte y verdugo, la que se supo distinta y distante del mundo real y se encerró desde entonces en su burbuja, esa misma que la ha resguardado hasta hoy y que huele a canela como la cocina de Nina y también a té de ausencias, por los años que se fueron junto con aquellos complices incondicionales, la que guarda melancolía en las paredes y tiene un espejo roto y muchas hojas en blanco...

Lucía... la niña de ayer... la que fuí... la que aún soy... aveces...




martes, agosto 28

Arlequin

Dejo mi primera huella, algo que se tiene que saber de esta huella es que es evadiza y difusa y a cada paso se confunde con fantasías, evasiones y negaciones…eso fue la marca de mi niñez.
Gracias a don Borrego por su invitación y espero pueda absorberlos un poquito en este trocito de mi historia.


ARLEQUIN
El arlequín (a quien aun no puedo nombrar) hizo su primera aparición en una mañana común y corriente. Mama y papa discutían a puerta cerrada mientras Mariana y yo discutíamos por toda la casa. Con el desayuno frío y a medio comer y el uniforme escolar a medio poner, la discusión entre hermanas sube de nivel, mientras de la puerta cerrada se oyen gritos ahogados.


Tironeándonos el pelo y las orejas, Mariana termino la discusión al tomar represalia contra mi zapato escolar, que fue arrojado hacia las densas y coloridas ramas de la buganvilla de nuestro pequeño patio. Indignada decidí tomar el ultimo recurso de hermana menor: Acusarla con mama; Invocando las lagrimas de cocodrilo a mis ojos y sin pensarlo dos veces abrí la puerta del cuarto que entonces era de mis padres…Lo que vi hizo que olvidara por completo a mi zapato abandonado en las ramas: Mama con lagrimas en las mejillas y exhalando tristeza de cada poro decía despacio el nombre de su esposo. Papa con la cara deformada por la ira ciega (gesto que quedo marcado por siempre en mi memoria) grita palabras sin sentido mientras estampa su puño cerrado contra las mejillas húmedas de mi madre, un ruido seco y mi madre cayendo al suelo, entonces todo se nubla y solo veo los ojos de mi padre posándose en mi, por un segundo creo (o imagino) que los ojos de mi padre cambian, dejando ver solo tristeza, cansancio y la debilidad de la que es victima…pero con la rapidez que da la practica (y el alcohol en las venas) su mirada vuelve a cubrirse con una gruesa e impenetrable capa de ira que ciega sus ojos. Un golpe débil, talvez piadoso, con mano abierta cubre toda mi cabeza dejándome mareada, un solo golpe, pues el fuego de mi madre no se a extinguido y con el peso de ser mujer y madre detiene el segundo golpe mientras me empuja y cierra la puerta en mi cara.

Clavada en el umbral en ese momento pierdo muchas cosas y comienza a formarse otra, algo que tiene forma de burbuja y sabor a lágrima. No se cuanto tiempo estuve quieta, sin escuchar o pensar nada…lo que se es quien me despego: De la puerta abierta de mi hogar, echando una marometa y tocando una corneta escandalosamente llego un hombre que usaba un traje demasiado grande para el, de color negro con finas líneas blancas (que yo recordaba haber visto en el closet de papa), tenia un solo zapato de color azul, su cara era afilada y la mas blanca que había visto en mi vida lo cual hacia chillar aun mas a su despeinado y tusado pelo zanahoria (tiempo después lo único con lo que pude relacionarlo fue con un arlequín). Con voz chillona me recomendó prudentemente aventurarnos por la selva de lianas en una misión de rescate. El objetivo a rescatar: a) zapato escolar, b) zapato azul. Aunque yo alegue que mi zapato estaba en el jardín y no en la selva el solo se burlo y dijo que aunque estaba un poco cegatona me aceptaría en su misión de rescate.

Y lo que yo conocía como jardín se volvió una selva húmeda y nublosa, llena de una rara especie de pájaros que hacían un sonido como de risa y enormes girasoles morados. Después de días de exploración y una dieta a base de pan con miel (que el arlequín seguía sacando de las bolsas de sus pantalones) logramos al fin encontrar los dichosos zapatos que descansaban juntitos y relajados en las raíces del árbol mas grande de toda la selva, después de una serie de regaños hacia los zapatos por parte del arlequín decidimos perdonarlos y tomar el largo camino a casa, pues yo tenia que ir a la escuela y el arlequín tenia que buscar unas tijeras gigantes, las cuales necesitábamos para cortar el pelo de mama (el arlequín insistía en que un corte de pelo haría que dejara de llorar).

El arlequín (a quien aun no puedo nombrar) volvió muchas veces, causándome una serie de castigos por diferentes crímenes (uno de ellos intentar cortar el pelo de mi mama), pero siempre podía hacer que el tiempo se detuviera y todo parecía mas grandote y mucho mas bello siempre que venia de visita… poco a poco su cuerpo se fue volviendo mas tenue y la selva comenzó a convertirse en jardín… dejo de venir cuando deje de decir su nombre, que probablemente fue por el tiempo en que papa dejo de venir a dormir.

El arlequín fue el primero de muchos rescates que invente por esas fechas y fue quien construyo mi burbuja a prueba de balas… aun ahora creo firmemente que me robo mi niñez y que tenia un tinte de maldad que yo jamás quise inventarle, probablemente lo agarro del traje negro de rayas blancas que le robo a mi padre…

lunes, agosto 27

Acerca de (YO), mi id y el superego!

De pequeño siempre fui ese “mexicano promedio”, es decir aquel mexicano que se caracteriza por ser todo un soñador.

Desde los 6 años jugué fútbol, cuando cumplí 8 años empecé a entrenar con el equipo de fútbol de mi primaria. Todos me decían que era “bueno” y que podía llegar lejos, como se pueden imaginar esas palabras son las mismas que seguramente le dijeron a miles de niños en México; y como también se pueden imaginar, esas palabras tuvieron un gran impacto en mi persona, en mi niñez y definitivamente cambiaron mi vida.

Aún tenía 8 años cuando me mudé a unos condominios nuevos en la ciudad, eran tan nuevos que ni siquiera tenía vecinos, mucho menos tenía niños vecinos, era el único niño que vivía ahí. Esa soledad ocasionó que tuviera una nueva rutina en mi vida diaria, una rutina diferente a la de cualquier niño de 8 o 9 años: entrenar fútbol todo el día. La rutina era sencilla: 10 vueltas a la ciclopista para calentar, respirar y estiramiento, y otras 10 vueltas a la ciclopista con el balón, para eso de mejorar el control de pelota. Yo era mi propio entrenador, por lo cual la otra parte de la rutina era jugar fútbol como loco, por toda la cancha, por el todo el condominio, eso era lo más importante: no dejar de jugar nunca. Ya que era un sueño que tenía que alcanzar.

Después de tanto entrenar, llegaron las recompensas cuando pude integrar una selección estatal de fútbol en mi penúltimo año de primaria y desde esa vez nunca deje de jugar… Pase la secundaria y seguí jugando, sin importar otra cosa. Llegue a una buena preparatoria, gracias al fútbol. Tenía una beca deportiva en el Tec de Monterrey y en ese momento pensé que estaba muy cerca de ese sueño que tenía de pequeño ¿Qué paso después? Mi rodilla izquierda se hizo pedazos, y ahí tuve que abandonar ese sueño, que tanto tiempo había durado.

Los sueños son un éxtasis temporal que proviene de nuestro inconsciente y buscan en todo momento, satisfacer nuestros deseos. Los sueños que siempre tenemos de niños, nos ayudan a mejorar la vida y nuestra realidad. Pero qué hacer cuando los sueños que tienes se desmoronan y desaparecen.

De niño también sufrí el divorcio de mis padres, viví la separación de mi familia; observé y lloré en silencio la destrucción interna de una familia ¿Dónde estaban esos sueños de tener una familia perfecta? Seguramente explotaron al igual que lo hizo mi familia…

En la primaria, las maestras no dejaban de molestarme: no sabe recortar, no escribe bien, su letra no se entiende, no le gusta participar en los bailables, en fin la lista sería interminable… No podía soñar, no comprendían mis sueños, nadie entendía que no todo eran los bailables; nadie comprendía que había días en los cuales lo único que necesitaba para no estar triste era soñar; jugar que era un superhéroe y estar disfrazado de Spiderman o Batman, o simplemente jugar con mis Thundercats y mi balón.

A final de cuentas sigo siendo ese niño “soñador”. Quizás en estos momentos he dejado de creer en los sueños y también he dejado de soñar en un futuro bonito y prometedor… La realidad es otra. De niño fui/sigo siendo, ese mexicano promedio que se cansó de soñar y de ver sus sueños fracasar.

domingo, agosto 26

De cuando me hice pipí...

Recuerdo haber posteado esta historia en algún otro remoto lugar de la blogsfera, pero ésta de aquí, será una versión distinta....


Hasta hace poco no recordaba el porqué me desagrada tanto esa clásica actividad que se realiza por lo regular cada lunes en todas las escuelas: los "honores a la bandera"; hasta que cierto día, a mitad de una platica familiar llegó ese recuerdo a mi memoria...


Tenía 5 años cuando entré a la primaria, era una niña linda, tierna, tímida y un tanto solitaria; mi mamá me peinaba de dos coletas, y a pesar de no tener muchos amigos, recuerdo que era feliz, muy feliz...
El primer día de clases, lloré, y a pesar de que mi hermana estaba conmigo en la misma escuela, yo no quería separarme de mi mamá... El uniforme era un jumper blanco y un suéter rojo que tenía mi nombre grabado en la parte superior derecha, para mi era morado, pero mi mamá me decía que no, que su color era rojo, llevaba calcetas blancas y unos hermosos zapatos de charol; mi maestra me parecía muy linda y bonita, hoy ya no recuerdo ni su nombre ni su rostro...
Cierto lunes, durante los honores a la bandera, me dieron muchas ganas de hacer pipí, le pedí
permiso a mi maestra de ir al baño pero no me dejó, continúe insistiendo dos o tres veces más, pero ella nunca accedió, no le importaba mi carita de desesperación ni el verme moverme inquieta en mi lugar; me decía que tenía que aguantarme hasta que terminara porque era una "falta de respeto a la bandera" irme en ese momento; a una niña de 5 años no puedes hacerla entender qué significa eso de faltarle al respeto a la bandera y mucho menos cuando está a punto de hacerse pipí; y en efecto, no logré entender que era eso de lo que ella hablaba pues en ese momento era lo último que me importaba y me hice ahí mismo, a mitad del patio y mientras todos cantaban en coro el "Himno Nacional Mexicano". Recuerdo que mis piernas se fueron chorreando de un líquido amarillo y tibio que venía de entre mis piernas, que todos se rieron cuando se dieron cuanta que debajo de mi había un charco y que terminé llorando en la oficina del director esperando a que mi mamá llegara por mí...

viernes, agosto 24

Rainbow-bye.




Sí, yo era muy feliz, tenía mi Rainbow Brite y todo lo que una niña de 4 años pudiera desear, me llevaban al Holiday-on-ice, tenía una abuela perfecta y joven, muchos tíos, un abuelo consentidor y papás. La familia siempre estará ahí.

Mi primer concierto fue en el Teatro de la Ciudad, me llevó mi tía Lucy con su novio y fuimos a ver a Daniela Romo, aún recuerdo que me puse a bailar en el pasillo la de Coco-loco. aaajajaja y me compraron una foto del concierto al salir. Tal vez desde entonces me hice apreciadora del México Folklorico.

Un día iba en un camión, lloviznaba y era invierno, y tras la ventana pasé por JUGUETIBICI, la tienda de juguetes soñada por todo niño, y en uno de los grandes, pero muy grandes aparadores había una ORQUESTA¡¡¡ de Osos Panda sentados que tocaban violines y chelos, pffff, aun lo recuerdo y me impacta. Eran como animatronics. Pasó un momento y le dije a mi tía: Quiero vomitar. Y vomité. Creo que fue de la impresión. El surrealismo mi condimento de vida.

Me sorprendía de que del cielo cayeran bolitas de hielo, y apesar de las explicaciones de Manolo que iba en la secundaria, para mí era inconcebible, maravilloso, entonces le dije que me ayudara a atraparlas.Los dos nos asomamos por la ventana con una bolsa de plástico transparente en las manos y pude atrapar granizos, descubrí que los granizos se derriten con facilidad.La naturaleza siempre es sorprendente.

Podía pasar horas mirando fijamente al tornamesa cantando las canciones de MI DISCO POSTER de Cri-Cri. Y después unos Kranky, Mamuts o un gansito, (congelado por favor) después de unos años ya traía mis walkman y escuchaba New Kids on the Block y casettes de Enygma y Michael Jackson y traía colgando en el cuello mis PLUMONITOS PAPER MATE; poniendo especial cuidado al utilizar el Mágico, el blanco, el que borra. Los sonidos, los sabores y los colores, catalizador fundamental para una vida placentera.

Y ya que está aquí borre, por su culpa sé andar en bicicleta: una día en el Parque Benito Juárez con mis papás emocionados y empeñados en que aprendiera bicibletear, ajaja, me encontré a Borrego y no sé por qué sin quererlo entre mis padres y él fui inducida a conducir la bici, hasta me salieron ampollas en los dedos pulgares. Sentir la velocidad que tomas en una pendiente inclinada con un árbol grueso justo en medio del camino, siendo inexperta en la conducción del manubrio, puede colapsar a cualquiera. El estrés ayuda a las personas a tomar fuertes decisiones.

Un día fui a la premiere de Los ositos cariñositos en un cine de Lindavista que tenía fachada de castillo de cuento, y el tíó Gamboín estaba sentado en un escritorio dando autógrafos. Agradezco la existencia de las cámaras digitales. Me hubiera encantado tener una foto con el tío de tíos.



Ahora después de tantos años, me siento como en la foto: caminando con traje de baño por el pasto en un día soleado. Hoy escuché en un patético programa de radio: El dolor es innevitablel, el sufrimiento es opcional.
A mi me gusta ser feliz, aunque ya no tenga mi Rainbow-brite.

miércoles, agosto 15

El porqué le pongo seguro a las puertas.

(Léase de la manera más casual, como quien lo ve como lo más normal del mundo)

Tenía trés o cuatro años edad, ésa parte de la historia no es del todo clara, (creo que por ahí de cuatro), pero lo que sí, es que en el carro íbamos mi Mamá, mi hermana (en el asiento del copiloto), y Yo, que iba en el asiento trasero de la vagoneta; era de noche, y mi madre se metió a una gasolinera a poner gasolina. Como Yo me estaba durmiendo, me acerqué a la puerta derecha, para recargarme en ella. Al salir de la gas, y estar ya en la calle, la puerta se abrió, esa recargadera que prometía darme sueños, me dio la noche, de manera muy intensa por cierto.
Recuerdo haber reaccionado por instinto, traté de agarrarme de la puerta al salir, solo logré rasguñarla, así que me acerqué, de manera precipitosa, al pavimento.
Déjame te digo que la ciudad de San Francisco, en California, Estados Unidos, es una ciudad muy bella, de noche y de día, es una ciudad que hay que detenerse a contemplar, cosas que en ese momento no pensé hacer, y la verdad, no hubiese podido.
Luces, edificios, calle, luces, casas, asfalto, nubecitas, carros, más asfalto. Eso es lo que se ve de la ciudad de noche cuando se está rodando por la calle después de haber caído de un vehículo en movimiento, créemelo.
Al detenerme, miro para enfrente, que en sí es para arriba, y me doy cuenta de que no estoy en el carro, no estoy muy seguro de lo que acaba de suceder, porque hace unos segundos estaba cerca de entrar a los brazos de Morfeo en una vagoneta, y ahora.....Pues ahora, estoy tirado en la calle. Escucho voces, voces sorprendidas, preguntando: "¿Qué fue eso? ¿Es un niño? ¿Lo tiraron del carro ése? No, no se cayó, creo". Cosas por el estilo. Se acercan a mí, me recogen, me quitan de la calle y me trasladan a la banqueta, estoy en sus brazos, según recuerdo eran cinco, pero no estoy seguro. Lo que sí es que me peguntaron que si estaba bien......
De niño me dijeron tantas veces que no hablara con extraños, que nunca se sabe qué intenciones podrán tener, especialmente en una ciudad tan grande como San Pancho, hay que enseñarle a los escuincles que tengan cuidado. Así que ahí estoy, en la calle, confundido, en manos de unos tipos que están creo que más sorprendidos que Yo por lo sucedido, preguntándome si sí me echaron del carro o si me caí, (inmediatamente me doy cuenta que sí, me caí, pero ¿y mi Mamá no se ha dado cuenta?), recordando que no debo hablar con extraños......pero.....éstos parece que lo que quieren es ayudarme, y además no se me acercaron, yo caí de un carro casi a los pies de ellos...mmmmmmmmmmmmmmm mmmmmmmmmmmmmmmmmm.
Les dije me llamo *******, y que no, no me dolía nada, estaban ellos precisamente preguntándose que dónde estaban mis padres, y que si no regresaban ahorita, pues no iban a tener cómo encontrarlos, pero pues en eso que llega corriendo mi madre.
Lo que pasó en el carro es que mi hermana escuchó un ruido, que era la puerta cerrándose, no, mi jefa ni en cuenta, así que mi hermana dijo algo, o me preguntó algo, se le hizo raro que no le contestara, igual y estaba Yo dormido, pero volteó para verme, no me vio, me buscó, la verdad es que era yo muy hábil para meterme en todo tipo de rincones cuando niño, jejeje, pero pues no me vio, así que dijo: "¡Mami, ******* no está!"
Frenón.
Así es que mi madre me buscó, no me encontró en el carro, salió corriendo y llegó a donde estaban unos tipos sosteniéndome. Les dio las gracias. Me revisó. Me llevó al carro. Me dijo: “ponte el cinturón”. La verdad estaba muy contento de estar de regreso en el carro con mi linda hermana, con mi madre despistada (cosa que la verdad no es común en ella). Y me senté justo en medio del asiento, nada de recargarse, le puse seguro a ambas puertas, me puse el cinturón, y no me dormí.
Con el tiempo, me fui acercando más y más a la puerta, lo que sí, y es algo que hago hasta éste día, es que si me recargo en una puerta, le pongo seguro, no me importa si el carro está estacionado, ni si es nuevo, ni que me vean raro, yo le pongo seguro, y a ésas personas que me preguntan que por qué le pongo se seguro, que qué me va pasar, les contesto. "Tú no sabes por lo que he pasado"

domingo, agosto 12

Primero que nada

Una cordial bienvenida a Blanche, nuestra nueva contribuyente a Huellas Por Rastrear, y gracias por ayudarnos a crecer en el cyber-espacio, y ésta es una invitación a la personas que estén interesadas en participar a que me contacten, después de revisarlo, a unas trés personas se les invitará a formar parte de Huellas, hasta pronto.
Y tengo más de una historia pensada que califica con la propuesta de éste més, asi que los invito a que no se limiten a una entrada, pongan varias, adelante, es su espacio.

jueves, agosto 9




¿En qué momento de la vida nos permitimos dejar de ser niños, haciendo a un lado esa inmensa capacidad de asombro y comenzando a restarle importancia a aquellos pequeños detalles que marcan la diferencia entre vivir y existir?

viernes, agosto 3

jueves, agosto 2

TEMA DEL MES : CUANDO NIÑO


Creo que por más vividitos que estemos, todos todos los seres humanos guardamos un pedacito, aunque sea chiquito de inocencia. Puede que sea difícil de externar por las cicatrices emocionales que hemos acumulado a través del tiempo, pero es placentero recordarnos en las situaciones infantiles que muchas veces nos erizan la piel.

El próposito de este tópico es, describir una situación de cuando eras chiquito, que te ha marcado durante toda la vida o que simplemente te gusta recordar sin aparente justificación.

Por ejemplo:
¿cuál fue tu mejor fiesta de cumpleaños?¿tenías una cajitas con objetos inservibles que guardabas como tesoro?
¿cuándo fue la primera vez que viste a un humano desnudo?
¿alguna vez viste o escuchaste a lo reyes magos dejando los regalos en la sala?
¿quién fue tu primer amor?
¿ qué sentiste cuando tu primera mascota murió?
¿ qué traías en tus bolsillos cuando tenías 8 años?



De esta forma retrocederemos un poco para apreciar el principio de formación de la persona que somos ahora.


hace tiempo toby me dijo: LOS NIÑOS SON COMO ESTRELLAS, ALGÚN DÍA TODOS FUIMOS NIÑOS.