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viernes, mayo 16

La muerte como acto liberador (reflexión)

(ABRO PARENTESIS)

Este será mi último post aquí en Huellas. Gracias a Hernán por invitarme desde el principio, al Borrego por motivarme a escribar cosas chidas y a Blanche por toda la buena vibra siempre. Gracias por todos sus comentarios. Ah y si alguien lee esto completo, de lujo!

(CIERRO PARENTESIS)

Lo primero que me viene a la mente es dar un contexto histórico acerca de este tema. Bien podría comenzar esta reflexión hablando y citando hechos provenientes de la Historia Universal; podría poner uno de los miles de ejemplos que muestran de manera concisa el tema en cuestión… Pero no lo haré.

O bien podría escribir la reflexión más contracultural de la historia. Podría quejarme y gritar con palabras la frustración que he llegado a sentir por la imposición ideológica de los aparatos del gobierno, del Estado ¡Sí, podría escribir una reflexión en contra del sistema! Puedo hablar de la destrucción de esas ideas –que idea tan brillante e innovadora he tenido- y de esos aparatos… Pero no lo haré.

También se me viene a la mente hablar de todas aquellas teorías relacionadas con la comunicación de masas; sí, esas teorías que hemos memorizado, explicado y debatido una y otra vez a lo largo de la carrera (estudio comunicación). Las teorías en cuestión, proponían una solución y/o explicación de todo el contexto histórico en el que vivimos; buscaban explicar el por qué del imperialismo cultural por ejemplo. Debo decir que realmente esas teorías de comunicación de masas, buscaban dar una explicación argumentada del porqué están ahí las cosas que vivimos y vemos todo el tiempo… Pero tampoco empezaré por ahí. Y no es que haga menos estas grandes teorías, porque seamos honestos quién soy yo, para hacer menos los estudios y teorías de La Escuela de Frankfurt. Lo que sucede realmente es que mi reflexión no va por ese camino.

Entonces, ¿cuál es el camino a seguir? ¿Por qué no empezar por ese contexto histórico? La respuesta exacta no la conozco. Pero después de pensar tanto en el tema; de recordar imágenes y diálogos del gran filme de Gutiérrez Alea, Memorias del subdesarrollo; después de tanto masticar ideas en el cerebro y vomitarlas en el papel una y otra vez, he decidido escribir lo que realmente pienso (lo que realmente pienso yo) sobre este tema.

Y de nuevo, quiero dejar claro que al escribir estas líneas no quiero que se piense que soy un ente superior capaz de hacer caso omiso a los hechos de la Historia y a las grandes Teorías de la Comunicación. No es el punto. Simplemente gracias al contexto de crisis existencial que vivo actualmente, puedo hacer una reflexión honesta y poco profunda sobre este tema.

La muerte como acto liberador me lleva a pensar en dos puntos, dos ideas, dos antítesis que desarrollaré en esta reflexión:

• La muerte como acto liberador es = a la salida fácil de los problemas.
• La muerte como acto liberador es = a la última consecuencia de una lucha.

El punto número uno, es el primero en el que pensé. Es algo bastante obvio y nada fuera de lo común: “La muerte como acto liberador es igual a la salida fácil de los problemas”. Y si, cuantas veces en la vida cotidiana, el ser humano llega a pensar que la muerte (en cualquiera de sus cartas de presentación) es la solución para cualquier problema. Desde el caso típico del joven/adulto/estudiante/persona que ha perdido al amor de su vida y no le encuentra sentido a su vida y al no encontrarle sentido a su vida se suicida; o el típico caso, del joven/adulto/estudiante/persona que en un punto de su vida, no sabe para qué está en este mundo, desconoce las razones de su existencia y entonces sufre de una crisis existencial que lo lleva a ser un solitario, un loco o un artista que termina quitándose la vida…

Ambos casos se han dado y se darán en infinidad de veces a lo largo de la vida. Y no estoy juzgando a las personas que hayan actuado o piensen en actuar de esa manera; simplemente, creo que el liberarte de tus problemas -de la vida- de esa manera es una solución fácil. Es dejar de luchar por ti mismo y por tus ideales, es perder la esencia de tu persona y es una manera fácil de salirte del camino. Y es válido tomar esa salida…

Punto número dos: “La muerte como acto liberador es igual a la última consecuencia de una lucha”. Aquí bien podría citar todos esos ejemplos de personas que han luchado por una causa social; los movimientos estudiantiles en Francia, México y el tan mencionado movimiento contracultural estudiantil del 68… Pero no lo haré. Todos los días, seres humanos en distintos lados del mundo se ven envueltos en guerras personales que van desde luchar por sacar una familia adelante; vencer una enfermedad; trabajar para poder comer; buscar la felicidad (en cualquiera de sus cartas de presentación); luchar por establecer un negocio; en fin, todas estas actividades también son una guerra que se lucha con armas no bélicas.

Estas actividades, son una guerra personal o interna -llámale como quieras- pero son una guerra porque los seres humanos luchan por un objetivo. Y sí, siempre hay personas que luchan hasta la muerte por conseguir sus objetivos, por sus ideales. Sin embargo, como siempre en la vida hay perdedores y ganadores… Algunas personas se mueren en la raya antes de conseguir sus objetivos, es aquí cuando la muerte es la última consecuencia de esa lucha que tuvieron día a día durante su vida; los ganadores llegan a la muerte de igual manera, pero algunos pueden sentirse satisfechos -si es que existe este sentimiento en el ser humano-, ya que han logrado cumplir con alguna de sus metas.

En este momento, siento una necesidad de definir cuál de los dos puntos planteados es con el que siento mayor afinidad. Teniendo en cuenta mi vida y mi historia personal puedo asegurar que me inclino hacia el punto número dos. Si en algún punto de mi vida quisiera liberarme y conocer a la muerte, me gustaría que fuera luchando por mis ideales, siempre luchando por obtener lo que quiero –eso creo-.
El problema de todo esto es que la muerte no es un juego. Nadie puede decir que la muerte únicamente se puede manifestar de estas dos maneras, al contrario; al final la muerte siempre llega como ella quiere y cuándo ella quiere…

Regresando al punto: “La muerte como acto liberador”. La muerte sí es un acto liberador y lo positivo de esto, es que cada persona tiene la posibilidad de escribir su propio camino de liberación. Si alguien quisiera podría escribir su propio manifiesto acerca de la muerte como acto liberador y podría llevarlo a cabo al pie de la letra; o también se podrían definir los actos y etapas que una persona quiere vivir –si la muerte lo deja- antes de liberarse de todo… Los caminos son infinitos y las mentes son infinitas.

Entonces, ¿cuál es mi reflexión? Mi reflexión es: ¡Haz lo que quieras! Si quieres abandonar todo y desaparecer en tu cuarto, con tus ideas existencialistas como tus únicas compañeras por el resto de tu vida, puedes hacerlo. O bien puedes luchar por tus deseos y caprichos, por tus sueños y fantasías aunque la gente te diga que estás loco, no importa ya que estás luchando por tus ideales. Al final de cuentas, puedes hacer lo que quieras y escoger tu propio camino de liberación.

Gracias por leer, si es que alguien llego hasta aquí.

lunes, mayo 5

Nuevo tema

El nuevo tema del mes es:

existencialismo mediocre y sin discurso / La muerte como acto liberador

escriban lo que les venga al leer las líneas de arriba. el tema da para mucho.
y por favor, ojalá este mes todos escriban algo padre!

gracias